ENRIQUE BAENA PEÑA
Director del Master Comunicación y Cultura de la Universidad de Málaga
Desde Hans Christian Andersen a Gerald Brenan, o desde Rubén Darío a Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, y desde Picasso a Salvador Dalí, Málaga se consagró en el mundo contemporáneo como destino y origen de creación, de vida, cultura y arte, en el cenit de la poesía y la pintura, de la literatura y las artes plásticas. Y esta riqueza no era ajena a la educación, a su rigor y modos cosmopolitas, en cuyo seno se formó el gran pensador del siglo XX en España, José Ortega y Gasset, máxima figura de nuestro europeísmo. Con este formidable legado, y el plurisecular aliento creador que lo hizo posible, la ciudad se ha visto a sí misma cuidando los signos universales de su idiosincrasia cultural, cultivando la transmisión de su herencia, culta y popular, antigua y moderna, y organizando con excelencia la mejor manera de su disfrute, en lugares cuajados de historia y tradición y en espacios renovados, a través de instituciones, fundaciones o colectivos de personas, siempre abiertos a lo nuevo en el empeño de preservar y dar a conocer un magno patrimonio en lo artístico y cultural.
Y sobre todo ello, una disposición oferente que busca el compartir y crea la convivencia cultural impulsando con altura internacional sus más preciados registros, los conocidos y los inadvertidos, gracias a las entidades de cultura que han ido naciendo con ese fin: el Museo Picasso y la Fundación Casa Natal, el Centro de Arte Contemporáneo; el Instituto Municipal del Libro, el Centro Cultural de la Generación del 27, la Academia de San Telmo y la sede del Centro Andaluz de las Letras; Ámbito Cultural de El Corte Inglés, el Ateneo de Málaga o el Aula de Cultura del Diario Sur, la Fundación Málaga, la Fundación Unicaja y su Obra Socio-Cultural; son algunas significativas entidades en un amplio horizonte que acoge también el acervo tradicional en la Agrupación de Cofradías y sus museos, o la atención puesta en la recuperación del flamenco, de las artes populares y de la enología, entre otras realizaciones museísticas, junto a la convivencia entre participación ciudadana y cultura propiciada permanentemente por las Peñas Socioculturales, tan arraigadas en la ciudad. Y, finalmente, la alta representatividad de la Universidad de Málaga, con una función de suma importancia creando y proyectando lo cultural a través especialmente de su Vicerrectorado de Cultura y la Fundación General de la Universidad.
Desde Hans Christian Andersen a Gerald Brenan, o desde Rubén Darío a Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, y desde Picasso a Salvador Dalí, Málaga se consagró en el mundo contemporáneo como destino y origen de creación, de vida, cultura y arte, en el cenit de la poesía y la pintura, de la literatura y las artes plásticas. Y esta riqueza no era ajena a la educación, a su rigor y modos cosmopolitas, en cuyo seno se formó el gran pensador del siglo XX en España, José Ortega y Gasset, máxima figura de nuestro europeísmo. Con este formidable legado, y el plurisecular aliento creador que lo hizo posible, la ciudad se ha visto a sí misma cuidando los signos universales de su idiosincrasia cultural, cultivando la transmisión de su herencia, culta y popular, antigua y moderna, y organizando con excelencia la mejor manera de su disfrute, en lugares cuajados de historia y tradición y en espacios renovados, a través de instituciones, fundaciones o colectivos de personas, siempre abiertos a lo nuevo en el empeño de preservar y dar a conocer un magno patrimonio en lo artístico y cultural.
Y sobre todo ello, una disposición oferente que busca el compartir y crea la convivencia cultural impulsando con altura internacional sus más preciados registros, los conocidos y los inadvertidos, gracias a las entidades de cultura que han ido naciendo con ese fin: el Museo Picasso y la Fundación Casa Natal, el Centro de Arte Contemporáneo; el Instituto Municipal del Libro, el Centro Cultural de la Generación del 27, la Academia de San Telmo y la sede del Centro Andaluz de las Letras; Ámbito Cultural de El Corte Inglés, el Ateneo de Málaga o el Aula de Cultura del Diario Sur, la Fundación Málaga, la Fundación Unicaja y su Obra Socio-Cultural; son algunas significativas entidades en un amplio horizonte que acoge también el acervo tradicional en la Agrupación de Cofradías y sus museos, o la atención puesta en la recuperación del flamenco, de las artes populares y de la enología, entre otras realizaciones museísticas, junto a la convivencia entre participación ciudadana y cultura propiciada permanentemente por las Peñas Socioculturales, tan arraigadas en la ciudad. Y, finalmente, la alta representatividad de la Universidad de Málaga, con una función de suma importancia creando y proyectando lo cultural a través especialmente de su Vicerrectorado de Cultura y la Fundación General de la Universidad.
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